Descripción
A medio camino entre el hogar y el trabajo, el tercer lugar es un lugar de convivencia, de diversidad social, donde todos dan y todos reciben. Aquellos que forman, parte fabrican conjuntamente un programa de actividades que responda a las necesidades locales. Frente a los desafíos que afrontan las organizaciones sociales hoy en día, el tercer lugar puede ser una herramienta eficaz para que la Cruz Roja Francesa adapte su presencia territorial a estos retos, transformando sus centros locales en establecimientos para ciudadanos.
Contexto
Los fenómenos de industrialización y globalización, así como la revolución digital, han transformado profundamente muchas de las regiones francesas. Se han generado brechas demográficas, económicas, sociales y digitales que no hacen más que ampliarse. En el centro de estas brechas se encuentran la proliferación y complejidad de las necesidades sociales, el aumento del aislamiento social, la falta de participación ciudadana en las decisiones y la escasez de recursos públicos. Además, la rápida evolución de las formas de participación pone en peligro los métodos tradicionales de acción solidaria.
A pesar de que las nuevas tecnologías sean fundamentales para la mayoría de los trámites sociales y administrativos, 1 de cada 6 franceses no utiliza Internet y más de uno de cada tres usuarios carece de competencias digitales básicas (INSEE, 2019). Asimismo, pese al aumento del uso de las redes sociales, 1 de cada 9 franceses sufre de aislamiento social (INSEE, 2019). La desaparición de los centros de socialización no es algo nuevo: según France Boissons, hoy solo permanecen 34.000 de los 600.000 cafés que existían en Francia en 1960.
La Cruz Roja Francesa ha optado por adaptarse a los desafíos de hoy en día reinventando su forma de actuar a nivel local. Inventado en la década de 1980 por el sociólogo estadounidense Ray Oldenburg, el término se refiere a un «tercer lugar», entre el hogar (el primer lugar) y el trabajo (el segundo). Este modelo permite movilizar una comunidad en torno a una respuesta local adaptada a las necesidades sociales, convirtiéndose en una palanca de transformación resiliente y eficaz.
Detalles técnicos y operativos
La Cruz Roja Francesa ha iniciado así la transformación progresiva de sus establecimientos y unidades locales en plataformas destinadas a ciudadanos. Estas plataformas ofrecen respuestas adaptadas a las necesidades de cada región y se desarrollan en torno a cinco pilares:
- “Comer bien”: huerta intergeneracional, restaurante solidario, talleres de cocina;
- «Vestir bien»: tienda solidaria de segunda mano;
- «Cuidar de sí mismo»: centro de salud, prevención y sensibilización;
- «Alojamiento»: apoyo administrativo, alojamiento inclusivo;
- «Integración social»: apoyo a desempleados, aprendizaje digital.
La metodología para transformar una unidad local de la Cruz Roja Francesa en un Tercer Lugar solidario se basa en un enfoque participativo e inclusivo que consta de siete pasos:
- Promover un cambio cultural para incorporar a los empleados y voluntarios a la visión del tercer lugar. Para ello, los líderes de proyectos pueden inspirarse en proyectos similares llevados a cabo por la Cruz Roja Francesa u otras organizaciones externas.
- Crear una comunidad que reúna a miembros comunitarios, públicos, y privados, así como residentes locales y aquellas personas apoyadas por la Cruz Roja francesa. La cohesión de esta comunidad prefigura el uso futuro del tercer lugar y su propiedad compartida.
- Identificar y analizar colectivamente los problemas que existan dentro de la zona local y desarrollar soluciones para cubrir las necesidades que hayan sido identificadas.
- Desarrollar un modelo financiero sostenible que cubra los gastos generales y persuadir a las instituciones asociadas a que apoyen el proyecto. El tercer lugar obtiene sus recursos a través de ingresos operativos, capital social y subvenciones externas.
- Establecer una gestión abierta. El éxito de un tercer lugar se basa en su apropiación por una amplia variedad de públicos: el mecanismo de toma de decisiones debe encontrar un equilibrio entre la eficiencia y la inclusión.
- Iniciar las actividades tan pronto como la comunidad esté lista (antes de que el espacio del Tercer Lugar esté completamente definido).
- Asegurarse de que el programa de actividades del tercer lugar tenga en cuenta el espacio que se vaya a utilizar. Considerando las limitaciones y oportunidades que ofrece el espacio, se pueden barajar varias posibilidades: ampliación del local existente, alquiler de espacios cercanos, etc.
Despliegue e impacto
La Cruz Roja Francesa ha puesto en marcha un experimento nacional liderado por la Dirección de Innovación y Transformación. Entre octubre de 2017 y diciembre de 2019, se han apoyado seis tercer lugares piloto ubicados en áreas rurales y semiurbanas, incluidas tres organizaciones voluntarias y dos establecimientos médico-sociales. Aquí está la lista:
- «La Boussole», Montbrison (Loire, 42)
- «Chez Nous», Saint-Jans-Cappel (Nord, 59)
- «L’Entrepause», Verdun-sur-Garonne (Tarn-et-Garonne, 82)
- Local chapter of Chateauponsac (Nouvelle-Aquitaine, 87)
- «La Plateforme», Monistrol-sur-Loire (Haute-Loire, 43)
- «La Marmite», Puy-en-Velay (Haute-Loire, 43)
En este experimento, la Asociación fue apoyada por socios operativos como la Coopérative Tiers-Lieux. Además, participaron más de 20 socios locales (organizaciones comunitarias, autoridades locales, empresas, medios de comunicación), ya sea co-dirigiendo un proyecto o proporcionando recursos humanos y / o materiales.
El experimento del Tercer Lugar (2017-2019) tuvo sus altos y sus bajos, ofreciendo lecciones que servirán en la consolidación de una estrategia de innovación local. El tercer lugar ha demostrado ser una herramienta útil para combatir las brechas sociales y responder a las necesidades de cada región. Al revitalizar las zonas rurales mediante la actividad cultural y económica, también consigue desarrollar las habilidades de todos aquellos que participan.
Sin embargo, la Cruz Roja Francesa ha constatado que la temporalidad y el coste de los proyectos inmobiliarios son un gran obstáculo para el desarrollo de un tercer lugar. Es por eso que la Asociación pone cada vez más énfasis en la perspectiva colectiva y en la flexibilidad de sus actividades, de tal modo que no dependa de las limitaciones inmobiliarias y pueda tener un impacto social rápido e importante.
Por último, dado que cada proyecto requiere una gran cantidad de tiempo y recursos, no sería realista transformar todas las estructuras de la Cruz Roja Francesa en Terceros Lugares. Sin embargo, este nuevo modo de intervención puede extenderse por toda la red de la Asociación. Hoy en día es fundamental compartir experiencias nuevas para inspirar y formar a otros empleados y voluntarios.
La Cruz Roja Francesa ha aprovechado esta experiencia creando una guía metodológica y formando a 26 «embajadores del tercer lugar», es decir, voluntarios y empleados de la Cruz Roja Francesa a cargo de la transformación de cada región.