Marie Artuphel

Descripción

“La Caravana del Exilio” reúne a veraneantes para debatir cuestiones de migración. El objetivo es abrir un espacio de diálogo sobre las cuestiones migratorias y sensibilizar a la opinión pública sobre la realidad de la migración para luchar contra la discriminación y los prejuicios. Viajamos por Francia durante el verano para reunirnos con la gente y darles los medios para comprender mejor las cuestiones que rodean a la migración y deconstruir ciertas ideas preconcebidas.

Contexto

Debido al aumento de los conflictos armados en el mundo, la multiplicación de las crisis humanitarias y los efectos del cambio climático, cada vez más personas se ven obligadas hacer frente al exilio. Este aumento de los flujos migratorios en el mundo, combinado con el aumento de las desigualdades en Francia, ha llevado a que la cuestión migratoria ocupe un lugar central en los medios de comunicación y en la agenda política. Tanto es así que, según un estudio de Ipsos, en marzo de 2024, la gestión de los flujos migratorios era la tercera preocupación de los franceses, después de la inflación y el cambio climático. La omnipresencia de la cuestión migratoria ha llevado a una cristalización de los debates y a una radicalización de las opiniones, lo que complica cada vez más el diálogo.

Ante esta situación, la Cruz Roja Francesa está convencida de que es posible otro enfoque más inclusivo y acogedor. Apoyándose en su principio de neutralidad, la Cruz Roja Francesa puede desempeñar un papel mediador, facilitando un diálogo sereno y deconstruyendo los prejuicios para poner en valor los aspectos positivos de la migración. “La caravana del exilio” nació para responder a esta necesidad de hablar de la migración de otra manera, abriendo un espacio de diálogo amistoso donde todos puedan encontrarse. 


Detalles técnicos y operativos

La caravana recorre Francia durante el mes de julio para ir a espacios de afluencia del gran público: en playas, plazas de pueblos, mercados, festivales, etc. Más concretamente se ha desplegado en 19 ciudades diferentes y en varias regiones de Francia y países fronterizos para llegar a un público variado. En el itinerario se utilizan herramientas de sensibilización y deconstrucción, basadas en un doble enfoque: el recordatorio sobre las realidades de la migración y la movilización de la empatía hacia los migrantes vulnerables a través de experiencias de inmersión, así como de testimonios de exiliados.

El itinerario varía de un año a otro, al igual que las actividades, que cambian en función del contexto y la actualidad. Estos cambios y planes son co-construidos sobre la marcha por un comité directivo de voluntarios, lo que permite a éstos implicarse en el corazón del proyecto. 

Se ofrece una amplia gama de actividades, que abarcan temas como el derecho internacional humanitario, el restablecimiento de los vínculos familiares y la migración.

 

El juego «En el exilio», por ejemplo, se despliega cada verano entre niños de 8 a 14 años. Se trata de un juego de la oca en el que los niños asumen el papel de personajes que se han visto obligados a exiliarse en todo el mundo. Esta actividad permite a los jóvenes comprender la partida de los exiliados y tomar conciencia de los obstáculos que encuentran en los países de origen, tránsito y acogida. En la Caravana también se utilizan auriculares de realidad virtual, con la experiencia inmersiva «Sense of Home», que sensibiliza sobre la crisis humanitaria siria. Los turistas que descubran la Caravana al azar podrán sumergirse en el Líbano, donde conocerán a refugiados sirios que les contarán su viaje y su nueva vida en el campo de refugiados. Muchas otras actividades se despliegan para responder a las expectativas de todos, pero también para suscitar preguntas como el «portavoz» que se encuentra con el público directamente en la calle para interpelar a los transeúntes.


Despliegue e impacto

Desde 2021, “La Caravana del exilio” ha recorrido 57 localidades de toda Francia, de este a oeste, tanto en el corazón de grandes ciudades como Lyon y Lille como en plazas de pueblos como Carantec y Lunéville. Gracias a esta diversidad de zonas de despliegue, se ha podido atender a un amplio público, abriendo un espacio de diálogo y deconstruyendo prejuicios entre quienes tenían preguntas o inquietudes sobre la migración. Sólo el año pasado, la Caravana sensibilizó a 3.600 personas en toda Francia, gracias a 80 personas voluntarias comprometidas. 

Además de deconstruir prejuicios y abrir un espacio para el diálogo, la Caravana permitió oír lo que la gente tenía que decir, escuchar y estar al lado de quienes lo necesitaban. Se entabló una conversación con transeúntes que se sentían marginados, y se escuchó a afganos, tibetanos y ucranianos que compartieron sus experiencias de exilio y sus dificultades en Francia. Gracias a este instrumentó se recogieron y canalizan la rabia, las fracturas y las heridas que debilitan a la sociedad, porque está convencida de que nuestro principio de humanidad se reafirma y reinventa cada día con gestos discretos pero fundamentales, como “La caravana del exilio.”