Descripción
Transformación de los grupos de apoyo presenciales, en grupos de apoyo e intervención telefónica para personas mayores durante el período de cierre de COVID-19.
Contexto
A las personas mayores de 65 años de Serbia se les prohibió, por decreto gubernamental, salir de sus casas entre principios de abril y finales de mayo de 2020, en respuesta al creciente número de infecciones por el virus de la COVID-19. Esta medida fue la más dura de todas aquellas medidas epidemiológicas que se tomaron durante este período; el resto de grupos de edad también se enfrentaron a toques de queda que, en algunos casos, duraban dos o tres días, sin embargo, para los mayores de 65 años, se trató de un arresto domiciliario de casi tres meses ininterrumpidos. Aunque contribuía a su seguridad epidemiológica, esta medida introducía una serie de problemas logísticos, especialmente para las personas que no tenían parientes cercanos o vecinos, teniendo un efecto significativo en su salud mental. Muchas personas mayores declararon posteriormente que su percepción general de la propia salud se había deteriorado considerablemente debido al aislamiento y la soledad. Además de aumentar el riesgo de depresión, para algunas personas mayores el aislamiento significó la imposibilidad de obtener asistencia en caso de necesidad sanitaria o social urgente.
Detalles técnicos y operativos
En años anteriores a la pandemia, la Cruz Roja de Serbia ya había ayudado a establecer 32 grupos de autoayuda para personas mayores en 20 municipios de todo el país. Estos pequeños grupos informales tienen una estructura y un funcionamiento flexible, están formados por personas mayores reunidas por afiliación, intereses comunes o algún otro criterio, y celebran reuniones periódicas en las que realizan diferentes actividades, que van desde todo tipo de pasatiempos, pasando por el intercambio de información importante (en relación, por ejemplo, con los servicios de bienestar social o de atención sanitaria y cómo acceder a ellos), hasta el activismo a nivel local (por ejemplo, abogando por un entorno local menos contaminado).
Las actividades de estos grupos de autoayuda -basados en los principios del envejecimiento saludable- no pudieron continuar durante el cierre debido a la imposibilidad de que estas personas salieran de sus casas y se reunieran físicamente. Por lo tanto, la Cruz Roja de Serbia alentó y facilitó la transición de estos grupos a un círculo telefónico basado en una aplicación.
En este contexto, los miembros de los círculos telefónicos son simultáneamente beneficiarios y voluntarios. Las personas con mayor experiencia técnica en el uso de teléfonos inteligentes actuaron como voluntarios principales para conseguir que los demás se incorporaran y como tutores de sus compañeros sobre cómo utilizar las llamadas, los mensajes de texto o las aplicaciones de comunicación utilizadas, como Viber o Skype. Además, todas las personas pudieron contribuir alertando a otros miembros del grupo o círculo de una persona que conocían y que podría beneficiarse de su inclusión: un vecino mayor y solitario o que estuviera en una situación similar.
Despliegue e impacto
El círculo telefónico es una solución de baja tecnología y eficiente en cuanto a tiempo y costes, utilizado para comprobar el estado de las personas mayores todos los días y ser alertados si existe la posibilidad de que haya que intervenir.
En la práctica, la actividad se lleva a cabo conectando a entre 10 y 15 personas mayores que, en su mayoría, viven solas o en hogares de ancianos y pueden tener dificultades para salir de casa. Para disminuir los riesgos de exclusión social para ellos y aumentar la probabilidad de que reciban ayuda y apoyo a tiempo en asuntos urgentes, los círculos telefónicos funcionan mediante el siguiente procedimiento:
– El voluntario principal -la persona mayor con más experiencia- llama a la primera persona del círculo todos los días a la misma hora. Esta conversación es breve; se trata de una llamada diaria para comprobar si la persona se encuentra bien.
– Esta confirma si está bien y luego llama a la siguiente persona del círculo. De nuevo, se trata de una llamada breve para comprobar si la persona siguiente está bien.
– Tras la confirmación, la segunda persona del círculo llama a la siguiente y así sucesivamente hasta que la última persona del círculo vuelve a llamar al voluntario principal y confirma que el círculo se ha cerrado y que todo el mundo ha contestado al teléfono y está bien.
– Todo el círculo se cierra en 15-20 minutos como máximo y esto se repite cada día.
En los casos en los que no se puede localizar a una persona del círculo tras repetidas llamadas, la persona que llama se pone en contacto directamente con el voluntario principal para alertar de que el círculo no puede continuar y entonces el voluntario principal puede ponerse en contacto con la filial local de la Cruz Roja de Serbia para asegurarse de que alguien comprueba físicamente a la persona que rompe el círculo y le proporciona asistencia urgente si es necesario.
La transformación de los grupos de autoayuda en círculos telefónicos fue una forma natural de garantizar tanto que las personas mayores más activas con un historial de voluntariado en la Cruz Roja pudieran seguir siendo activas a pesar del cierre, como que las personas mayores que necesitaban apoyo no fueran excluidas y aisladas socialmente. Los efectos sobre la salud mental de estos dos grupos fueron beneficiosos, ya que las personas mayores sentían que no estaban abandonadas y que participaban en la sociedad, que podían obtener apoyo a través de sus compañeros si lo necesitaban y que podían contribuir de forma similar a sus compañeros. Esto desafía la soledad y desarrolla un sentido de seguridad en las personas mayores que se benefician psicológicamente tanto de saber que están cuidando a alguien como de que alguien está ahí para ellos en todo momento.
Los círculos telefónicos también evolucionaron espontáneamente hasta convertirse en grupos con más actividad telefónica, en los que las personas mayores se comunicaban varias veces al día sobre diferentes temas, proporcionando información sobre otras personas mayores con posible necesidad de asistencia y apoyo e informando a las sucursales de la Cruz Roja de su existencia, ubicación y datos de contacto.