A medida que continúan surgiendo desafíos cada vez más complejos, se ha vuelto más crítico esforzarse por alcanzar un objetivo común. Los Estados Miembros de las Naciones Unidas establecieron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2015, presentando un «plan compartido» y una «llamada urgente a la acción de todos los países». Los ODS abarcan muchos de los problemas más urgentes que existen en nuestro mundo actual y aspiran a alcanzar objetivos muy ambiciosos como la «no pobreza», «hambre cero» y «educación de calidad para todas las personas».
Si bien estos objetivos pueden parecer abrumadores, se vuelven progresivamente factibles si se llevan a cabo bajo una fuerte acción y cooperación global. Este concepto está plasmado en el Objetivo 17, alianzas para los objetivos, que busca «revitalizar la alianza mundial para el desarrollo sostenible». Para lograr un cambio social a gran escala, es fundamental promover y estimular el impacto colectivo.
El impacto colectivo es un concepto que es explorado regularmente por Stanford Social Innovation Review, quienes lo han adoptado gradualmente como un «pilar del cambio social». Durante los últimos diez años, han publicado muchos artículos excelentes que explican la práctica, cubriendo todo, desde la coordinación intersectorial hasta los procesos estructurados y metódicos involucrados.
A lo largo de la década, SSIR ha señalado las deficiencias de la intervención aislada dentro del sector social y ha explicado la necesidad de un esfuerzo colectivo para abordar los problemas más complejos de nuestro día. El impacto colectivo no es fácil de lograr, y deben darse una serie de circunstancias para que conduzca a resultados contundentes.
En el artículo de 2011, ”Impacto Colectivo”, John Kania y Mark Kramer explican «Las Cinco Condiciones del Éxito Colectivo», justificando la necesidad de «una agenda común, sistemas de medición compartidos, actividades que se refuerzan mutuamente, comunicación continua y organizaciones de apoyo troncal». En un artículo consecutivo, “Canalizar el cambio: hacer que el impacto colectivo funcione”, los autores amplían la comprensión del impacto colectivo y describen: “¿Cómo empezamos? ¿Cómo creamos la alineación? Y, ¿cómo sostenemos la iniciativa? «
El impacto colectivo puede ser muy eficaz para lograr un progreso a gran escala, pero también puede conducir a resultados decepcionantes si las comunidades no comprenden la “infraestructura cívica” necesaria para implementar los objetivos. El artículo “Llenar las brechas en el impacto colectivo” señala nueve actividades de apoyo que las comunidades deben tener en cuenta cuando se esfuerzan por lograr un cambio de sistemas: como mantener una visión compartida, garantizar el compromiso de los socios o mantener el compromiso de la comunidad. En su artículo de 2017, “Impacto colectivo sin fronteras”, SSIR amplía las formas de aplicar la práctica a una amplia gama de geografías y culturas, revelando las condiciones que deben estar presentes para abordar un problema sistemático en un país extranjero.El impacto colectivo representa un «enfoque fundamentalmente diferente, más disciplinado y de mayor rendimiento para lograr un impacto social a gran escala». A medida que el concepto se explora y se pone en práctica, allana el camino para un optimismo renovado, uniendo a cientos de organizaciones bajo una visión compartida para el cambio.